Leyenda viva

(Resteado en la Noticia. 30 de Enero de 2017)-Es obvio que ya no es el mismo, que su halo de infalibilidad es un recuerdo, que no juega tan fino como antaño. Pero eso no impidió que Roger Federer se coronara ayer en la final del Abierto de Australia para convertirse, a sus 35 años, en el segundo jugador de más edad en ganar un torneo de Grand Slam en la era abierta, tras el australiano Ken Rosewall en los años 70.

Federer tuvo que esforzarse para imponerse a Rafael Nadal por 6-4, 3-6, 6-1, 3-6 y 6-3, pero su triunfo tras una batalla de tres horas y 40 minutos le permitió expandir su leyenda. El suizo tiene ahora 18 títulos en majors, la mayor cantidad en la historia, y cinco en el torneo de Melbourne.

No ganaba un grande desde 2012, cuando fue campeón en Wimbledon, y lo logra en su primer torneo oficial después de seis meses apartado por lesiones.

“Lo esencial es el regreso, este gran partido contra Rafa”, dijo a las agencias de noticias. “El hecho de que haya ocurrido en Australia, donde he tenido tanta gente importante como Peter Carter y Tony Roche (antiguos entrenadores) y que lo pueda hacer a esta edad, después de cinco años sin ganar un Grand Slam. La última cosa que cuenta es el número de trofeos”.

Después de un torneo impecable, el suizo tenía en frente al rival que más le hizo padecer en su carrera. No solo jugaba contra él. También lo hacía contra sí mismo y contra la historia y no decepcionó.

Nadal fue el contrincante fiero que se esperaba en un partido de alternativas, que Federer definió a su favor porque fue más consistente en los momentos precisos. Fiel a su estilo, el de Basilea aguantó los embates hasta que la ocasión se tornó favorable a su juego, a partir del quinto game del último set, y ahí no perdonó.

“Cuando empecé a dominar ese set me dije 'juega libre'”, recordó. “Tenía que jugar la pelota y no al adversario y eso fue recompensado. Si perdía, que fuese jugando un tenis ofensivo. Continué en la batalla y creyendo. Esto fue lo que me hizo jugar mi mejor tenis al final del partido, me sorprendió”.

No tuvo el campeón el pulso fino –cometió 57 errores no forzados, por 28 de su rival-, ni un primer servicio perfecto. Pero sus tiros ganadores salieron a su rescate, con 73 frente a 35 del español.

Fue su saque lo que le sacó de problemas en los malos momentos (tuvo 20 aces, por 4 de Nadal) y fue su mejor arma en sus lapsos de inspiración, en los que volvió a danzar en la cancha y a soltar su revés de ensueño antes de que Nadal soltara a la fiera que todavía vive en él y le pusiera en aprietos. El español está de regreso, sin dudas.

La Frase

“Quiero agradecer a la afición de Australia. Espero estar aquí el año próximo, pero si no es así, fue un viaje maravilloso”.


FUENTE: El Nacional
Previous Post
Next Post
Related Posts

0 comments: