(Resteado en la Noticia. 27 de Marzo de 2017)-"Mi discapacidad lejos de deprimirme se convirtió en una enseñanza para mí y para mi familia. Ver desarrollarse una persona en mi condición los ha hecho crecer con sensibilidad", así se expresó Lorena Córdoba 19 años después de haber sufrido un accidente automovilístico, en el que quedó parapléjica.
Un paseo en carro se tornó en un incidente mortal en el que dos de sus compañeros perdieron la vida y Lorena permaneció quince días en terapia intensiva, los médicos drenaron sus pulmones que colapsaron y se llenaron de sangre al quedar atrapada en el auto. También sufrió fracturas en el húmero del brazo izquierdo y en varias vértebras que ocasionaron una lesión en la médula.
Durante el tratamiento nunca dudó de su recuperación, porque se puso en manos de Dios y la Virgen del Valle. "Dios es mi máxima fortaleza y mi mamá el pilar fundamental en mi vida".
Está profundamente agradecida al apoyo y al amor que recibió de su familia, doctores y amigos en los momentos más difíciles.
"La vida es una sola, hay que vivirla al máximo, no hay que dejarse amilanar por nada", apuntó Córdoba.
Su tenacidad para superar los retos la han llevado a graduarse de ingeniero en sistemas, trabajar en la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada, (Unefa) y a participar en maratones como el de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el de Nueva York. También forma parte de la organización civil Achilles Venezuela que promueve la actividad deportiva de las personas con discapacidades.
"A través del deporte fortalecemos la mente y el cuerpo", agrego la joven maratonista.
La llena de satisfacción llevar sonrisas a los niños y abuelos, recluidos en centros de salud a través de su voluntariado en la fundación Doctor Sonrisas Payaso de Hospital, en la ciudad de Cumaná.
Convencida, Lorena señaló que "no podemos dejar que nada ni nadie nos ponga límites porque las limitaciones son mentales".
FUENTE: El Universal
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