(Resteado en la Noticia. 27 de Marzo de 2017)-El kilómetro 43 no es un punto en específico, son todos los lugares posibles, aunque suene contradictorio decirlo. Son los espacios en donde reposa la satisfacción de aquel que corrió 42 o 21 kilómetros.
Puede ser un banco, una escalera, una fuente o recostado en un árbol. Eso es lo de menos. Después de una prueba de largo aliento con tanta exigencia como el Maratón CAF, las piernas no conocen de sitios incómodos, cualquier lugar es placentero.
Las muestras de afecto abundan. Familiares y amigos de los corredores los reciben como héroes. No es para menos. No cualquiera se aventura a correr un maratón. "Esto es sólo para valientes", dijo un maratonista a lo lejos que conversaba con su madre.
Lo más difícil ya pasó. Lo que importa ahora es la experiencia vivida, la anécdota que te quedó para contar. "Casi me caigo en el kilómetro 18, se me desataron las trenzas y me enredé", comentó Angie con una carcajada en la cara, corredora que hizo por primera vez los 21k.
A unos cuantos metros de Angie está Rodrigo. Un joven que corrió por primera vez los 42 kilómetros. Las piernas le tiemblan. Su cara de fatiga se nota a leguas. Aun así, obtiene fuerzas para levantarse y tomarse una 'selfie' con su medalla al mejor estilo "Rafael Nadal": Mordiéndola.
Su cara al verla era un poema. La observa con la ilusión con la que se mira el esfuerzo y el sacrifico materializado. "Fue casi un año preparando esta carrera. Es mucho tiempo que le dediqué para este día.
Pero el momento que más disfrutan los corredores en el kilómetro 43 debe ser, sin duda, el de la comida. Es el momento del "desquite", como ellos mismos lo llaman.
Tortas, mandocas con queso, tequeños, galletas, perros calientes, agua y cervezas habían a granel después de que culminó la carrera.
El disfrute en sus caras era pletórico cada vez que probaban algún bocado. "En este momento cualquier cosa que coma me sabe a gloria," soltó con una carcajada Maritza Rodríguez (corredora 21k) mientras se comía un perro caliente con un refresco.
Otros factores que condimentaron la post carrera fueron las mascotas, que acompañaron en ña celebración a dueños como un integrante más del hogar.
El kilómetro 43 se pudiera definir de muchas maneras, pero la mejor frase fue la que dijo una competidora en plena celebración: "Este es nuestro momento", que vivió entre amigos muy cerca de la sede del Colegio de Ingenieros.
FUENTE: El Universal
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